martes, 29 de septiembre de 2009

Peter Singer y La Liberación Animal






El pensamiento de Peter Singer en Liberación Animal
En 1970 el filósofo australiano Peter Singer siendo un estudiante graduado en la Universidad de Oxford, Inglaterra, conoce a un grupo de estudiantes de filosofía que eran vegetarianos.
Tras reflexionar sobre los motivos por los cuales sus amigos optaron por una forma de vida vegetariana, Singer llega a la conclusión que la base filosófico-moral en donde se sustenta la relación humana con el mundo animal y misma de donde se desprende el trato y la concepción que los humanos tenemos de los animales, planteaba un problema moral de grave índole. Singer, concluyó que esta relación en sí es un sistema de opresión de otras especies por los seres humanos o como literalmente la define una “tiranía de los humanos sobre los no-humanos”.
A través de sus tesis filosóficas, Peter Singer busca acabar con esta tiranía, busca convencernos que los animales son seres sensibles e independientes y no simples objetos cuya existencia se reduce a satisfacer nuestros intereses humanos. Sus postulados se dirigen a todo aquel que busca acabar con la explotación y la opresión en cualquier nivel en que ocurran y que considera que el principio moral de igualdad en la consideración no debe estar restringido al tratamiento de los miembros de nuestra misma especie. Su pensamiento está basado en esta tesis, como lo veremos a continuación.
El principio de igualdad de Peter Singer
Singer argumenta que el principio básico de igualdad no requiere igual o idéntico trato; requiere igualdad en la consideración. Igualdad en la consideración para seres diferentes conlleva a diferentes tratos y a diferentes derechos.
Por lo tanto el principio de igualdad, de acuerdo a Peter Singer, es una idea moral no un hecho, de manera tal que, “el principio de igualdad entre seres humanos no es una descripción sobre una igualdad pretendida entre los seres humanos: es una receta de cómo debemos tratar a los seres humanos”
Jeremías Bentham , incorporó la base esencial de la igualdad moral a su sistema de ética a través de la siguiente fórmula: “cada uno cuenta por uno y ninguno por más de uno”; es decir, que los intereses de cualquier ser deben ser tomados en cuenta y dárseles el mismo peso que a los intereses de cualquier otro ser. Posteriormente, Henry Sidgwick planteó el mismo punto así: El bien de cualquier individuo no es de mayor importancia, desde el punto de vista del universo, que el bien de cualquier otro”.
Recientemente el debate en la filosofía moral se inclina a un acuerdo al aceptar como un presupuesto fundamental en las teorías morales el dar a los intereses de todos los seres una igualdad en la consideración.
Es la consecuencia de este principio de igualdad la que nos lleva a que la preocupación por otros y nuestra prontitud a considerar sus intereses no dependa en la apariencia o habilidades de los otros. Singer establece que precisamente lo que este principio requiere de nosotros es que tomemos en cuenta las características de los seres afectados por nuestros actos. Así, la consideración por el bienestar de un niño en Estados Unidos requerirá que se le enseñe a leer, mientras que la consideración por el bienestar de un cerdo requerirá que se le deje en compañía de otros cerditos en un lugar adecuado con suficiente agua, comida y espacio para correr libremente. El elemento básico –el tomar en cuenta los intereses del ser, cualquiera que estos intereses sean- debe, de acuerdo al principio de igualdad, ser extendidos a todos los seres, negros o blancos, masculinos o femeninos, humanos o no-humanos.
Peter Singer deja claro que es en este fundamento filosófico -moral en el que se basaron los casos en contra del racismo y en contra del sexismo. Singer acierta al afirmar que es basado en este principio que debemos condenar lo que se ha denominado “especiesismo” en analogía con racismo. El término especiesismo refiere a prejuicios o actitudes predispuestas para con los intereses de los miembros de nuestra misma especie y en contra a los intereses de los miembros de otras especies. Singer establece que sí el hecho de que un ser humano sea mas inteligente que otro no lo faculta para que esclavice o use al otro para la consecución de sus fines, por que ese mayor grado de inteligencia faculta a los humanos a explotar a los no-humanos?
Diversos filósofos y escritores han propuesto como un principio moral básico el principio de igualdad en la consideración, pero pocos han reconocido que este principio debe extenderse a los miembros de otras especies. Empero, Jeremías Bentham en un pasaje escrito cuando los franceses habían liberado a los esclavos negros pero estos continuaban siendo tratados en Gran Bretaña y sus colonias en a misma forma que nosotros actualmente tratamos a los animales, planteó lo siguiente: Llegará el día cuando el resto de los animales de la creación adquieran esos derechos que nunca les hubiesen sido negados de no haber sido por la tiranía humana. Los franceses han descubierto que la negrura de la piel no es razón alguna para que un ser humano sea abandonado a los caprichos de su torturador. Vendrá el día en que será reconocido que el número de patas, la villosidad de la piel, o la terminación del os sacrum son razones igualmente insuficientes para abandonar a un ser sensible al mismo destino.
¿Que otra cosa debe ser trazada en esta linea insuperable? Es la facultad de razonar o tal vez la facultad de discurso? Empero un caballo adulto u un perro adulto sin lugar a dudad es mas racional , y un animal con mayor capacidad de comunicación que un infante de un día de nacido. Pero supongamos, que fueran de otra manera, es decir menos racionales, que sucedería? La cuestión no es, Pueden razonar? Pueden hablar? Sino Pueden sufrir?
Singer declara que es en este pasaje en donde Bentham plantea la capacidad para sufrir como la característica vital que otorga a un ser el derecho al principio de igualdad en la consideración. La capacidad de sufrimiento – y más estrictamente, de sufrimiento, de gozo o felicidad- es el prerequisito para “tener intereses”, una condición que tener que ser satisfecha antes de comenzar el debate sobre otro tipo de derechos.
La conclusión es que si un ser vivo –cualquiera sea este- está sufriendo no existe justificación moral alguna para no tomar en consideración su sufrimiento. Sin importar la naturaleza del ser vivo , el principio de igualdad requiere que su sufrimiento sea contado de manera igual con el sufrimiento de cualquier otro ser.
Singer argumenta así que el racista viola el principio de igualdad al otorgarle mayor peso a los intereses de los miembros de su misma raza cuando existe un choque entre sus intereses y los intereses de los miembros de otra raza. El sexista viola el principio de igualdad cuando favorece los intereses de los miembros de su mismo sexo. De la misma manera el especiesista permite que los intereses de su misma especie pisoteen los intereses mayores – o bienestar mayor- de las otras especies.
El patrón del racista y del machista es exactamente el mismo que el del especiesista. Por ende, no existe justificación moral alguna para que sigamos ignorando los derechos de los animales.

Qué son los derechos de los animales






En la década de los setenta, tras la publicación de “Liberación Animal” por el controvertido filósofo australiano Peter Singer, surge la idea de los derechos de los animales. Estos están basados en la tesis filosófica de que los animales (como los humanos) tienen intereses que no pueden ser sacrificados o postergados simplemente porque de ese sacrificio se desprenderán consecuencias benéficas para la humanidad.

Los derechos de los animales buscan acabar con cualquier acto de explotación hacia los animales y reconocer que éstos tienen derecho a una vida digna. La explotación animal es definida como cualquier acto llevado a cabo por cualquier humano o institución humana en el cual se mercantiliza a los animales como alimentos, ropa, entretención, experimentación científica y comercial o cualquier otro propósito que atente en contra de su dignidad, como son el abuso físico y el abandono al que son sometidos miles de mascotas.
Antes del surgimiento de los derechos de los animales en Estados Unidos y en Europa, el intento de eliminar la crueldad y promover una actitud mas compasiva hacia los animales fue promovido – y continua siendo- por organizaciones pertenecientes al humane movement que en sí se dedican a la beneficencia de los animales.

Es interesante mencionar que el llamado humane movement durante el siglo diecinueve también cobijó otras causas que en esa época se consideraban absurdas: la abolición de la esclavitud y el derecho al voto de la mujer. Durante la primera mitad del siglo veinte estas organizaciones, asimismo, acogieron como otra de sus metas otra causa , en ese entonces, perdida: la protección de la niñez.
La diferencia esencial entre ambos conceptos consiste en que mientras los portadores de la tesis de los derechos de los animales consideran que estos son inalienables, los que optan por la beneficencia animal, si bien creen que los animales tienen intereses, están dispuestos a sacrificarlos si esto resulta en provecho de la humanidad.
El trabajo del humane movement ha consistido en esfuerzos dedicados a minimizar el sufrimiento de los animales, sin embargo este trabajo ha evadido buscar la solución a la raíz del problema, que consiste en cambiar nuestra percepción sobre los animales y finalmente reconocer que simplemente tienen derecho a vivir.