jueves, 28 de abril de 2016

Lisa Kemmerer























Los humanos casi siempre dominan y explotan  a otras criaturas. El actual sistema de granjas industriales causa sufrimiento agudo, miseria prolongada y muerte prematura a miles de millones de animales no humanos cada año,a lo largo de todos los continentes, en  nombre de aquellos que eligen comer productos animales. Desde granjas industriales hasta laboratorios médicos, individuos de especies no humanas se han convertido en objetos para satisfacer nuestros propósitos y en medios para fines humanos. La tecnología, la producción masiva y el puro numero  de humanos engullidores de carne abarrotados en este planeta ha aumentado el volumen y la intensidad de manera exponencial de la explotación de los animales no humanos.
La gran mayoría de nosotros jamás ve a las criaturas a las que dominamos y explotamos, sus ojos oscuros y aliento vaporoso; su pelo rizado os sus plumas intrincadas; sus picos brillantes y sus colas bamboleantes. No tenemos la oportunidad de conocerlos como individuos - sus preferencias y miedos, afectos y curiosidades- solo vemos un pedazo de carne fresca envuelto en celofan, un poco de leche en un contenedor plástico, con una oscura etiqueta que busca esconder la verdad: esto que comes es parte del cuerpo de alguien más. 


Lisa Kemmerer
Animals and World Religions
Oxford University Press

Traducción Adriana De la Garza

Imagen tomada de Care2



martes, 19 de abril de 2016

Andrew Linzey

Necesitamos tener una concepción de nosotros en el universo no como una especie dominante sino como una especie servidora..... de apartarnos de la idea de que los animales nos fueron dados y que fueron hechos para nosotros, hacia una idea de que nosotros fuimos hechos para cuidar, servir y asegurar la continuidad de los animales. Esto es lo que se plantea en la teología del capítulo dos del Génesis. El jardín es hermoso y en él abunda vida, los humanos fueron creados para cuidar de él.

Andrew Linzey pastor anglicano y filósofo de los derechos de los animales.
en
The Arrogance of Humanism. In Animal Welfare and The Environment, edited by Richard D. Ryder, 68-72. Melksham, U.K.; Duckworth, 1992.
Traducción Adriana De la Garza








miércoles, 13 de abril de 2016

Bob Torres

La explotación animal nos rodea. A pesar de que muy pocos de nosotros estamos dispuestos a ejercer actos violentos contra animales de forma directa, muchos de nosotros dejamos que otros ejerzan esa violencia por nosotros. Pedirle a otros que hagan nuestro trabajo sucio no nos exculpa. Si realmente somos serios con respecto a la justicia, la igualdad y proteger a los más débiles, es necesario reconocer que  le debemos mucho a los animales quienes sufren sin voz entre nosotros. Vivir una vida de abolición, el rechazar la abyecta explotación de los animales y dejar de consumir los productos que ellos sufren al producir - carne, huevos, productos lácteos así como productos marinos- es un proyecto relativamente simple. Es mucho más fácil que luchar contra el clasista, el racista y el sexista que todos llevamos dentro. Si nuestro compromiso con la justicia es serio es imperativo que luchemos contra el especista que tenemos dentro de nuestras cabezas.