jueves, 19 de mayo de 2016

Timothy Pachirat sobre los mataderos

33 millones de bovinos son asesinados y vendidos como carne cada año en Estados Unidos de América. Estas vacas y toros forman parte de los más de 8.5 mil millones de animales que son matados anualmente, sin respeto o reconocimiento, demostrando la horrible eficiencia de la industrialización del sistema de producción alimenticia.
Este sistema reduce seres vivos a materia prima mientras que oculta y hace distante lo  que en un escenario normal sería inaceptable.
Al igual que las prisiones, los psiquiátricos, los cuartos de interrogación, las cámaras de ejecución, los campos de refugiados y los campos de exterminio, los modernos mataderos son una zona de confinamiento, un territorio segregado y aislado, invisible y totalmente inaccesible a los miembros ordinarios de la sociedad.

Every Twelve Seconds; Industrialized Slaughterhouse and the Politics of Sight.
Timothy Pachirat,
New Haven; Yale, 2011.

Jakarta slaughterhouse

martes, 10 de mayo de 2016

Orígenes de la dieta carnivora



 Lo que se considera comida depende del grupo cultural al que uno pertenece. Y claramente la 
industria agrícola en Occidente ha jugado un papel clave en determinar qué comida culturalmente es más sana y mejor. 
David Nibert afirma que la carne y los productos lácteos se introdujeron en la pirámide alimenticia a principios del siglo XX tras un largo cabildeo de los grupos ganaderos que tenían familiares en el Congreso Estadounidense. El resultado actual es el abrumador hecho de que 8.5 mil millones de animales son faenados anualmente para ser vendidos como carne en ese país  .
El primer paso hacia esta matanza industrializada de millones de otros seres  se dio con la división de trabajo que transformó la industria estadounidense de la carne a mediados de 1800 cuando en Cincinnati se comenzó a combinar las operaciones de los mataderos con los del empaquetamiento de la carne en una misma “planta productiva”. El ferrocarril permitió transportar miles de toneladas de  carne y manteca a lo largo de Estados Unidos de América, así como miles de ovejas, vacunos y cerdos de los criaderos industriales a los mataderos. Para poder manejar el creciente volumen de animales transportados en las líneas del ferrocarril y para poder satisfacer el apetito carnívoro de la población creciente, los empacadores de carne introdujeron la cinta transportadora para incrementar la velocidad y la eficiencia en la primera industria de producción masiva en Estados Unidos (Patterson, 2002: 58-60).
Diversos historiadores dicen que la velocidad con la que esta nueva línea de ensamblaje mataba, desmembraba, desollaba y preparaba a los animales para transportarlos al público era extraordinaria. Tanto así que Henry Ford se basó en los mataderos de Chicago para crear la famosa línea  T[1].  Aunado a la división del trabajo en los mataderos, el creciente número de capitalistas con intereses en las industrias de opresión de otros animales descubrieron el potencial de los medios de comunicación y su poder para manejar a la ciudadanía y promover el consumo de animales y productos de animales. [2] Los gerentes corporativos se dieron cuenta que para que el capitalismo se expandiera y las ganancias se incrementaran el público tenía que transformarse en consumidor. Un ejemplo de esto es como en la década de 1920 el típico desayuno americano consistía de jugo de naranja, tostadas y café, pero la principal compañía productora de jamón y tocino, Beechnut Packing Company, manipuló al público al presentar campañas publicitarias en las que “expertos médicos” afirmaban que un desayuno basado en tocino, jamón y huevos era más saludable que el jugo de naranja.[3] Desde entonces millones de estadounidenses desayunan tocino y huevos todas las mañanas gracias a la campaña hecha por “el padre de las relaciones públicas” Edward L. Bernays un sobrino de Sigmund Freud. (Nibert, 2013. Párrafo 78 Kindle edition).
De acuerdo a Patterson las dos diferencias principales entre los mataderos de principios del capitalismo a gran escala y los actuales son la mayor velocidad de las líneas de ensamblaje y un tremendo aumento en el número de animales asesinados.[4] Para finales del siglo XX el número de animales asesinados en Estados Unidos aumentó de 4 mil millones a 9.4 mil millones, es decir 24 millones de otros animales cada día. (FARM Report Winter 1999, 7)
Para el año 2010 se calcula que 2.25 mil millones de homo sapiens vivían de una dieta basada en el consumo de otros animales mientras que 4.5 mil millones de seres humanos vivían de una dieta basada en plantas. A pesar de que la gran mayoría de los humanos son vegetarianos los ciudadanos en Occidente, convertidos en consumidores, hemos sido muy efectivos en aceptar la dieta impuesta por los grupos agropecuarios.
Hoy por hoy las grandes corporaciones trasnacionales que promueven una dieta basada en otros animales son Monsanto, Nestlé, Cargill, Bayer y ADM. Son las mismas industrias que están detrás de  la experimentación en animales y la producción de químicos que están exterminando las abejas.  Asimismo, estas transnacionales son las que están detrás de las expropiaciones violentas de tierras, a grupos humanos originarios, con el objeto de adquirir los recursos necesarios para satisfacer la demanda creciente a nivel mundial de productos alimenticios que no son otra cosa que los restos de millones de otros animales a los que enjaulamos, engordamos y asesinamos día  a día



[1] Véase Charles Patterson, Eternal Treblinka: our treatment of animals and the Holocaust. Principalmente el capítulo 3 referente a la industrialización de los mataderos.
[2] Véase David Nibert, Animal Oppression and Human Violence: Domesecration…. El capítulo referente a Hamburger Culture.
[3] Véase  David Nibert, Animal Oppression and Human Violence: Domesecration…. El capítulo referente a Hamburger Culture
[4] Las líneas de ensamblaje de los mataderos actualmente son tan rápidas que permiten matar 1,100 animales por hora. Lo que significa que cada empleado debe matar un animal en pocos segundos, lo que muchas veces falla y obliga a que el animal sea destazado vivo o llegue a las ollas de agua hirviendo vivo. Véase Gail Eisnitz, Slaughterhouse





miércoles, 4 de mayo de 2016

Yuval Noah Harari: El animal que se convirtió en un dios

Hace 70,000 años, Homo sapiens, era todavía un animal insignificante que se ocupaba de sus propias cosas en un rincón de África. En los milenios siguientes se transformó en el amo de todo el planeta y en el terror del ecosistema. Hoy en dia esta a punto de convertirse en un dios, a punto de adquirir no solo la eterna juventud, sino las capacidades divinas de la creación y de la destrucción.
Lamentablemente, el régimen de los sapiens sobre la tierra ha producido hasta ahora pocas cosas de las que podamos estar orgullosos.
Una y otra vez, un gran aumento del poder humano no mejoró necesariamente el bienestar de los sapiens individuales y por lo general causó una inmensa desgracia a otros animales. En los últimos años hemos hecho al menos algún progreso real en lo que a la condición humana se refiere, reduciendo el hambre, la peste y la guerra. Sin embargo, la situación de otros animales se está deteriorando más rápidamente que nunca.

A pesar de las cosas asombrosas que los humanos son capaces de hacer, seguimos sin estar seguros de nuestros objetivos y parecemos estar tan descontentos como siempre. Somos más poderosos de lo que nunca fuimos, pero tenemos muy poca idea de qué hacer con ese poder. Peor todavía, los humanos parecen ser más irresponsables que nunca. Dioses hechos a si mismos, con solo las leyes de la física para acompañarnos, no hemos de dar explicaciones a nadie. En consecuencia causamos estragos a nuestros socios animales y al ecosistema que nos rodea, buscando poco mas que nuestra propia comodidad y diversión, pero sin encontrar nunca satisfacción.

Hay algo mas peligrosos que unos dioses insatisfechos e irresponsables que no saben lo que quieren?

Epilogo
Sapiens ; De animales a dioses. Una breve historia de la humanidad
Yuval Noah Harari
Kindle Editorial Debate.



Foto www.allcreatures.org