He dejado de escribir por mucho tiempo. Muchas cosas han pasado, entre ellas la muerte de mi adorada perra Lola. A Lola la encontré muerta de miedo en un parque. Ella era grande pero le tenia pavor a la gente y a otros perros.
Muchas cosas tuvieron que pasar para que yo pudiese quedarme con ella: la muerte de Fausto y Lucy y la decisión de quedarnos en la ciudad en la que hoy vivo.
Lola llego a mi vida porque así estaba destinado.
Muchas cosas tuvieron que pasar para que yo pudiese quedarme con ella: la muerte de Fausto y Lucy y la decisión de quedarnos en la ciudad en la que hoy vivo.
Lola llego a mi vida porque así estaba destinado.
Creo profundamente que era un ser espiritual. Un buda que se interpuso en mi camino para ensenarme a amar sin fijarme en las apariencias físicas. Ella me enseno el amor, la compasión y la entrega absoluta. Me enseno a amar sin esperar nada a cambio. Me enseno como un ser lleno de luz puede amar a pesar de haber sido profundamente maltratado, como los golpes y los abusos que sufrió jamás le impidieron volver a confiar. Me enseno que la dignidad nadie la usurpa a pesar de muchos vejámenes.
Lola sufrió mucho en las calles pero nadie fue capaz de quitarle la dignidad y mas aun nadie fue capaz de quitarle ese don de amar
Ella me salvo a mi y no yo a ella.
Lola partió en Julio pero el dolor de su ausencia me ha hecho querer dejar muchas cosas a un lado.
Hoy vuelvo a escribir por ella.