Una de las razones por las que no he escrito es porque he estado enferma. Sin embargo hoy pasó algo que me obliga a escribir. Un médico me recetó un medicamento que me causó como efecto secundario terribles dolores de cabeza así que decidí investigar sobre la medicina en google. Mi sorpresa fue grande cuando descubrí que en todos los países desarrollados ese medicamento está prohibido pero mi indignación fue mayúscula cuando descubrí que en México y otros países de América Latina la usan para engordar el ganado.
Así que los millones de animales de granja que están destinados a ser alimento de los humanos no sólo sufren una vida hacinada, de maltrato, llenos de antibióticos, golpizas por parte de los trabajadores, mutilaciones, en medio de inmundicias sino que además los atiborran de medicamentos que hacen su vida aún más miserable. No basta que las vacas, cerdos y ovejas sufran del holocausto de las granjas industriales sino que encima les dan medicamentos que seguramente los tendrán con jaquecas, taquicardias, calambres, dolores de estómago, náuseas y vómitos cada minuto de su ya triste y dolorosa vida.
Todo esa miseria para que otros animales pero humanos sacien su gula antinatura. Porque no se equivoquen el hombre nació vegetariano y cada vez hay más pruebas científicas de esto basta el último libro que está causando estragos en la industria alimenticia de cádaveres de animales: The China Study.
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