El espiritú humano no está muerto. Vive en un secreto: el hombre tiene que aprender que la compasión , donde reside toda ética, sólo puede obtener su amplitud y profunidad máxima cuando la compasión humana abrace a todos los seres vivientes y no se limite sólo a los de la misma especie humana.
Frase de apertura de su discurso cuando recibió el premio nobel de la paz.
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