Al principio fue un animal salvaje y peligroso el que fue devorado, después un pájaro o un pez cuya carne fue desgarrada. Y así cuando nuestros instintos asesinos habían probado el sabor de la sangre y se acostumbaron al sabor de los animales salvajes, avanzaron al buey leal y trabajador, a la bien portada oveja y al gallo guardián y así poco a poco dándole mas margen a nuestro insaciable apetito hemos entrado en guerras y en masacres de humanos
Plutacro 1957: 573
Traducción Adriana De la Garza
viernes, 7 de mayo de 2010
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