El movimiento de liberación exige una expansión de nuestros horizontes morales y una extensión o reinterpretación del principio moral básico de la igualdad. Prácticas que anteriormente habían sido consideradas como naturales e inevitables, pueden ser vistas como el resultado de un prejuicio injustificable. Quien puede decir con seguridad que todas sus actitudes y prácticas están más allá de toda crítica? Si deseamos no figurar entre los opresores deberemos estar dispuestos a repensar hasta nuestras actitudes más fundamentales.
Y esta revisión tendrá que efectuarse desde el punto de vista de aquellos que hayan resultado más desfavorecidos por nuestras actitudes y por las prácticas generadas por esas actitudes. Mi propósito es animar es animar a mis congéneres a realizar este análisis de nuestras actitudes y prácticas respecto a un grupo verdaderamente numeroso de seres: los miembros de otras especies distintas a la nuestra y que indebidamente llamamos animales.
En Desacralizar la vida humana
Selección: Adriana De la Garza
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