Los defensores de los derechos de los animales extienden la noción de persona a los animales. Cuando vemos a alguien interactuar con sus animales de compañía, vemos que esa relación esta basada en el reconocimiento de la individualidad de ese animal, es decir, en su personalidad: es un ser con un nombre, amado y cuidado, una vida que interactúa y enriquece a otra.
La cultura dominante reduce a los animales a un estatus de no persona, manteniéndolos en granjas industriales, donde son tratados como maquinas, o son usados como maquinas de entretencion.
La cultura dominante reduce a los animales a un estatus de no persona, manteniéndolos en granjas industriales, donde son tratados como maquinas, o son usados como maquinas de entretencion.
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