martes, 27 de julio de 2010

Keith Thomas

Matar por comida se convirtió en una actividad en la que un número creciente de personas se siente furtivo o inseguro. La ocultación de los mataderos de la vista pública se hizo una estratagema necesaria para evadir un choque descarado entre hechos materiales y sensibilidades intimas.


Historiador Británico
Traducción: Adriana De la Garza

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