Es invierno en Chile. Las temperaturas este anho han bajado mucho y parece que nos espera un invierno muy lluvioso. Es un invierno que será, por lo tanto, muy duro para los perros de la calle. En Santiago se calcula que existen alrededor de 200 mil perros que velan por si mismos. No hay nadie que los cuide, que los alimente y que se preocupe por el lugar donde pasarán las noches heladas de estos meses.
Stanley Coren uno de los etólogos más reconocidos de Estados Unidos comprobó que los perros tienen la mentalidad de un ninho de tres anhos y aquellos que son más inteligentes razonan como si fueran un ninho humano de cuatro anhos.
Esto implica que las calles de Santiago son recorridas por 200 mil ninhos abandonados a su suerte, sin nadie que les de algo que comer, buscando donde esconderse en las noches frias, expuestos a drogadictos y alcohólicos que muchas veces abusan sexualmente de ellos. La gran mayoría de estos ninhos no humanos morirán de hambre, de sarna, atropellados por un auto y despreciados por los humanos.
Durante su corta vida sin embargo tendrán tiempo para reproducirse y traer más ninhos abandonados y despreciados.
Asi que cuando recorro las calles y parques de esta ciudad que me ha adoptado no dejo de cuestionarme porque seguimos siendo tan egoistas y prepotentes de no responder éticamente a las necesidades y sentimientos de estos seres que si fueran humanos estarían jugando y riendo en salas de jardines infantiles
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