jueves, 10 de junio de 2010

La gran conciencia de Washoe

Cuando Washoe cumplió 6 años se empezó a hacer difícil de manejar en un hogar; así que los Gardner no tuvieron más remedio que entregarla a un centro de cría de chimpancés para suministrar a laboratorios. Roger no quiso dejarla sola y marchó con ella.

La vida que vivieron en aquél centro de Oklahoma fue un infierno que terminó cuando Roger, aprovechando el embarazo de Washoe, consiguió un traslado, para ambos, a la Universidad de Washington donde quería demostrar que los chimpancés tienen cultura y como tal pueden pasarla de padres a hijos. La idea de Roger era dejar a Washoe sola con su cachorro y mientras la vigilaba por un circuito cerrado de televisión y ver si ella le enseñaba lenguaje de signos a su pequeño y que tipo de conversaciones tendrían sin presencia humana. Pero, poco antes de partir, Washoe perdió a su bebé.
Sin embargo la Universidad de Washington interesada en el experimento consiguió un jovencito llamado Loulis y lo ofreció para que Washoe lo adoptara.
El experimento fue un éxito.La cuestión es que Roger Fouts es actualmente co_director del Instituto para la Comunicación entre Chimpancés y Humanos, en la Universidad de Washington describe una interacción entre la chimpancé Washoe y una voluntaria que trabajaba con ella cada día.
Esta voluntaria era la favorita de Washoe; probablemente porque estaba embarazada y Washoe gustaba de preguntar por el futuro bebé de su amiga humana.
Un día la voluntaria dejó de visitar a Washoe y cuando semanas después regresó, Washoe mostró su enfado dándole la espalda y marchándose a la esquina opuesta de la habitación.
La voluntaria la llamó repetidas veces sin conseguir que le hiciera caso.
Al final, la voluntaria le dijo

- Washoe, ¿estas enfadada?. No he podido venir antes... mi bebé murió.
Washoe se giró, la miró y le preguntó (con lenguaje de signos)
-¿Lloras?.


La voluntaria, asintió con la cabeza y Washoe le dijo:

- Por favor, persona, abraza.Se fue hacia ella y se abrazaron.


Dos mujeres de distinta especie se abrazaron y consolaron porque las dos habían pasado por lo mismo y cada una de ellas comprendía el dolor de la otra. Esto se llama empatía, y los chimpancés lo tienen, como los humanos.

Historia copiada de Proyecto Gran Simio
http://www.proyectogransimio.org/

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